POESÍA DE MARTHA REMEDIOS CRUZ
TIEMPOS DIFÍCILES
Me asusta este mundo de
locos,
estos tiempos de
espanto,
tanto polvo en el
viento,
tanta agua podrida,
tanto ruido.
Temo a los Dioses que
andan felices sobre mi techo,
a los brujos que
persiguen mis pasos,
a la mentira disfrazada
con alitas de ángel.
Cuando siento el amor incinerando
poesía,
condenando ideales,
aprisionando romances.
Este miedo destruye
mi vida lentamente.
Inconforme,
se me escapa este
último aliento.
EL SEÑOR DE LAS MIL HISTORIAS
Suele visitarme cada
noche
el señor misterioso de
las mil historias.
A entorpecerme con su
verbo,
a convertirse en gato y
en serpiente,
en tornado y en ángel,
en torbellino y en
silencio,
a ponerme la corona de
princesa,
o a dejar en mi regazo un hombre dulce.
Sale a pasearme por su mundo
loco,
a recorrer el universo
arrastrándome por el
hilo del espanto.
Va apagando el aliento
y la esperanza
para que, al despertar,
sus manos me persigan
todo el día,
para que no lo olvide,
para que no amanezca.
FUGITIVA
Aquí estoy en este
mundo
con la esperanza de que
voy hacia delante,
de que no pierdo el
tiempo cuando evoco
a un Dios desconocido
al que idolatro.
Aquí estoy, intentando
defender de los monstruos
un ideal que tal parece
me esclaviza.
Escuchando necedades de
los que dicen ser sabios,
callando para no vivir en
el estiércol,
aunque el silencio vaya
royendo mi vestido.
Dejando que pisen mi
cabeza los que corren
sin saber qué rumbo
llevan
ni qué atropellan a su
paso.
Aquí estoy bajo el
peligro de partir en cualquier hora
y dejar a los míos indefensos.
Cantando voy, aunque a mi
voz no escuchen,
aunque condene mis
poemas a la soledad,
Voy perseguida por las
sombras,
huyendo de la
mezquindad,
de la mentira, de los
falsos profetas
que hasta su verdad prostituyen,
huyendo de esos tontos que
predican
con la hipocresía y el poder.
Huyendo voy del hambre,
del dolor,
de la tristeza de la
vida.
ME DUELE
Me duele el tiempo que perdemos
hablando de las flores,
del delirio por la luz,
de la pena que da el hambre
en cada falsa palabra que se pronuncia
en nombre de ese Dios que tiene tantos dueños.
Me duele el paso que damos
sin importarnos
aplastar a las hormigas,
el llanto inútil que se
pierde al caer sobre el polvo.
Me duele que la sonrisa ande perdida,
y ver cómo los monstruos no caben en las noches
y andan a plena luz del día
arrancando las frutas antes de que maduren.
Me duele que haya
madriguera para los lobos,
alimento para los roedores.
Me duele hasta ganar la lotería
porque sé que al día siguiente
perderé miles de amigos,
perderé la paz.
Vivir me duele.
Martha
Remedio Cruz (Ciego de Ávila,
6 de agosto de 1967). Poeta. Licenciada en Estudios Socioculturales. Desde muy
pequeña vivió en Puerto Padre, hasta el año 2016 en que pasó a residir en
Miami. Vive actualmente en esa ciudad.